Llegas a casa tras un día duro, llueve, ha habido mucho trabajo y todo parece salir mal. Para combatirlo, una terapia infalible: juega con tu gato.
Los amantes de los gatos disfrutamos viendo cómo se las ingenian para cazar a la presa (su juguete), cómo insisten en sus saltos y maniobras y cómo disfrutan con lo mínimo.
Jugar con tu gato te ayuda a relajarte y a desconectar, a crear vínculos entre tú y el minino, y por si eso fuera poco, el juego fortalece ciertos aspectos de la salud del gato.
El gato necesita jugar en todas las edades
El juego es de vital importancia tanto para cachorros como para gatos adultos.El gato junior aprende técnicas que le permitirán mayor independencia cuando sea adulto: ataque, defensa, persecución, etc. Y cualquier tontería se puede convertir en un juguete para un gato cachorro.
La sociabilidad del gato también se ve influenciada por los juegos que haya practicado de pequeño, sobre todo si han sido en compañía de otro gato. Un gato que juega con otros gatos suele ser más sociable.
El gato adulto, especialmente el que se cría en una casa, juega para fortalecer su actividad física y mental.
El gato sénior suele jugar con objetos en movimiento, por lo que tu participación será crucial para que se divierta con cañas de pescar, cajas o estimulantes varios.
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