Este gato de aspecto exótico y misterioso no procede de la isla indonesia de Bali, como podría deducirse por su nombre. En realidad, su aparición data de los años cuarenta, cuando se produjo en Norteamérica una evolución del siamés, al cruzarlo con un gato de Angora. El nombre de este felino se debe a que sus movimientos recuerdan a las danzas balinesas.
La cría comenzó en América a fines de los años cuarenta, pero hasta veinte años después la mayoría de las asociaciones americanas le dio reconocimiento y pasó más de otra década antes de que se lo reconociera en Europa.
El Balinés sigue la forma siamesa y es idéntico en todo detalle excepto la longitud del pelaje, el cual aparenta líneas más suaves y un tipo menos extremo.
La raza hereda la naturaleza vocal e inquisitiva del siamés y su reclamo un tanto áspero y generalmente es muy retozón con sus hijos.
Es un gato muy estilizado, largo de tamaño y de pelaje muy fino y sedoso. Tiene las mismas capas de pelo que el siamés y manchas negras en la cara, las patas, las orejas y la cola.
Los gatitos nacen con pelajes cortos y sin manchas en las puntas y, como en el siamés, el color aparece en las primeras semanas de vida pero el pelaje completo puede no desarrollarse hasta que son totalmente adultos.
Apariencia:
Cuerpo: Tamaño mediano, ágil y gracioso; esbeltas patas largas, con garras ovales.
Cabeza: En forma de cuña más larga que ancha, con el cráneo plano y va disminuyendo hasta el hocico fino, tiene un cuello elegante; grandes orejas erguidas, anchas en la base y amplitud entre los ojos.
Ojos: Almendrados en color azul claro.
Pelaje: Fino, sedoso y de largo mediano, sin pelaje interior lanudo.
Colores: Foca, azul chocolate y lila, rojo, crema, tortie, atigrados de estos colores.
Cola: Es larga y fina, le dan un aspecto muy distinguido y misterioso que se estrecha hacia la punta.
Carácter: El balinés suele ser especialmente leal a su dueño, sin ser demasiado atento con el resto de la familia. Si coge mucho cariño a uno de los componentes de la familia, probablemente muestre indiferencia con todos los demás. Puede vivir bien en un piso, aunque sería adecuado que tuviese terraza, ya que disfruta mucho del aire libre. El lugar perfecto para esta clase de felino es una casa con jardín, ya que necesita su propio espacio.
Este tipo de gato es muy efusivo y simpático, inteligente, sociable y bueno para la convivencia. Pero también es algo celoso y egocéntrico, lo que hace imposible su convivencia con otros miembros de su especie, salvo en algunos casos muy aislados. Destaca por sus gráciles movimientos y sus saltos propios de un bailarín. Es un excelente trepador y escalador.
Uno de los cuidados fundamentales para el gato balinés es su pelaje. Requiere cepillarlo, al menos, una vez a la semana, ya que su pelo tiene tendencia a formar nudos y enredos. En época de muda el cepillado debe ser una vez al día, con cepillo metálico y después con uno de cerdas naturales.
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ResponderEliminarQuisiera compartir contigo y tus lectores más información relevante sobre la raza de gato Balines.
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